Un día 14 de julio de 1977, después de 43 años dejó rodar por nuestras líneas férreas el querido Ramal de Licantén. En esos años se produjo un auge en el rubro del transporte de abastecimiento a través de los camiones, quienes hicieron más expedito el tránsito hacia todos los rincones del país y como consecuencia, el tren se convirtió en un gasto innecesario para el estado de Chile.
El Ramal de la Costa comenzó a operar sus máquinas hasta Licantén en el año 1938, haciendo florecer el desarrollo y la economía de nuestra comuna, se convirtió en un hito histórico ya que en su transitar por la ribera del Mataquito fue testigo de muchas historias y acontecimientos que hoy atesoran en la memoria los habitantes de nuestra tierra.
Un día como hoy, hace 43 años, se escuchó la última pitada del tren saliendo hacia Curicó, dejando un silencio y una nostalgia que nos acompaña hasta hoy y que nos insta a buscar vestigios de su existencia con melancolía. Ese majestuoso caballo que rugía anunciando su llegada y su salida, nos dejó en silencio y la estela del recuerdo se acunó en nuestra memoria colectiva que el tiempo no pudo confinar al olvido ya que se ha plasmado el la historia popular de Licantén.